SUMARIO: El presente trabajo aborda el principio de legalidad penal —nullum crimen, nulla poena sine lege—
como una garantía esencial frente al poder punitivo del Estado. A partir de un enfoque
histórico, jurisprudencial y dogmático, se examina cómo este principio ha sido vulnerado tanto
en regímenes autoritarios como en contextos democráticos, revelando que su vigencia no se
agota en la existencia formal de normas penales, sino que exige procedimientos transparentes,
jueces imparciales y pleno respeto al derecho de defensa.
Mediante el análisis de casos paradigmáticos como el affaire Dreyfus en Francia, las prácticas represivas
de la última dictadura militar en Argentina, y decisiones relevantes de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se demuestra que la legalidad penal no sólo
implica la preexistencia de la ley, sino también su interpretación estricta, la prohibición de la analogía en
perjuicio del imputado y la observancia rigurosa del debido proceso.
El trabajo propone que el principio de legalidad debe entenderse en conexión con la teoría del delito, ya
que su influencia atraviesa los elementos de tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad.
El objetivo central es reivindicar una concepción amplia y garantista del principio de legalidad como pilar
del Estado de Derecho, y advertir sobre los riesgos de su debilitamiento en escenarios donde el castigo se
transforma en un instrumento de poder más que en la consecuencia legítima de un juicio justo.